miércoles, abril 08, 2009

Motín del corazón...


Luego de meditar demasiado, he llegado a la conclusión que pasar mis noches solo, a veces en vela, a veces trabajando o no haciendo nada te atrofia el cerebro. 

Me he dado cuenta que es en esas noches cuando el corazón se nos amotina y se aprovecha comenzando a soltar palabras y sentimientos reprimidos por el cerebro. Como el corazón es  demasiado terco no solo habla, si no que exagera para poder dejar huellas que anduvo por ahí...  y cuando es de noche, con el descuido de la oscuridad, secuestra el cerebro, lo amarra en una silla lo amordaza y lo deja ahí toda la semana. Es cierto que cada día lo alimenta con cariño, lo hace para que se vuelva cada vez mas sensible, pero de todas formas con un látigo lo golpea suavemente tratando que queden cicatrices en él y no pueda borrar luego lo que el corazón ha estipulado sobre lo que debe hacer. 

Es en esos precisos momentos que el cerebro comienza a pensar estúpidamente en base a lo que el corazón siente y pierde su capacidad pragmática que tanto le ha costado cultivar. Lo peor de todo es que el corazón es ciego y de personalidad media atontonada, no escucha razones o no les importan, es arriesgado y enamoradizo, idealiza a cada rato tratando de encontrar llenarse de cariño, se entrega al mejor postor que le da amor y casi siempre termina maltrecho, golpeado y botado pidiendo al cerebro que lo ayude a comprender o culpandolo por no poder salvar la situación.