miércoles, abril 08, 2009

Motín del corazón...


Luego de meditar demasiado, he llegado a la conclusión que pasar mis noches solo, a veces en vela, a veces trabajando o no haciendo nada te atrofia el cerebro. 

Me he dado cuenta que es en esas noches cuando el corazón se nos amotina y se aprovecha comenzando a soltar palabras y sentimientos reprimidos por el cerebro. Como el corazón es  demasiado terco no solo habla, si no que exagera para poder dejar huellas que anduvo por ahí...  y cuando es de noche, con el descuido de la oscuridad, secuestra el cerebro, lo amarra en una silla lo amordaza y lo deja ahí toda la semana. Es cierto que cada día lo alimenta con cariño, lo hace para que se vuelva cada vez mas sensible, pero de todas formas con un látigo lo golpea suavemente tratando que queden cicatrices en él y no pueda borrar luego lo que el corazón ha estipulado sobre lo que debe hacer. 

Es en esos precisos momentos que el cerebro comienza a pensar estúpidamente en base a lo que el corazón siente y pierde su capacidad pragmática que tanto le ha costado cultivar. Lo peor de todo es que el corazón es ciego y de personalidad media atontonada, no escucha razones o no les importan, es arriesgado y enamoradizo, idealiza a cada rato tratando de encontrar llenarse de cariño, se entrega al mejor postor que le da amor y casi siempre termina maltrecho, golpeado y botado pidiendo al cerebro que lo ayude a comprender o culpandolo por no poder salvar la situación. 

miércoles, diciembre 17, 2008

El oráculo de Guerrero ( Selección )


El Guerrero Despierta

En el horizonte, el límite entre el Cielo y la Tierra se desdibuja. En el horizonte, es imposible discernir.Antes de mirar la puesta de Sol, me siento en una firme roca.

Has estado viviendo en lo irreal. Tu existencia se ha desarrollado sobre lo inexistente. Careces de base. Estás en el aire. Todo este tiempo has vivido pensado que las cosas eran de una manera. Has actuado en concordancia a ello y está bien. Pero en el Camino del conocimiento, el Guerrero debe penetrar más y más profundamente en sí mismo y su vida. En el Camino del conocimiento, el Guerrero debe morir para luego renacer fulgurante.

En este tiempo de despertar. Bruscamente has tomado conciencia de lo frágiles que eran tus creencias. Lo que antes eran tus pilares son ahora solo vestigios. El altísimo te ha jugado la vieja broma de sacarte la silla cuando ibas a sentarte como todos los días. Te has golpeado, has sentido dolor y esto también está bien. Si hubieses caído sobre algo mullido, no le hubieras dado mayor importancia. Pero la verdad es que aterrizaste a otra realidad. Estás desconcertado. 

Tu conciencia obnubilada. No entiendes nada de lo que pasó. Sientes que has perdido el tiempo hasta ahora y hasta sentirás vergüenza por lo que antes hiciste. Restrospectivamente, te verás como alguien dedicado a cosas fútiles.

El dolor ciega. Aunque no lo entiendas ahora, lo que te ha ocurrido es algo maravilloso. Ya no eres el mismo de hace unos momentos atrás y, si eres lo suficientemente sabio, nunca volverás a serlo. Otras cosas importarán ahora, otras montañas habras de subir. Otros Demonios enfrentarás, otros hermanos caminarán contigo. Vive tu nueva vida, mira con tus nuevos ojos. Sin embargo, prepárate a renacer. Nuevamente. Sólo así podrás llegar al final del camino. 

El Guerrero corta las cadenas

Durante largo tiempo has sido esclavo de tu debilidad. Hay una tarea delante de ti. Sabes que debes hacerlo, pero lo has estado postergando. Ya sea porque será doloroso, o porque te sientes incapaz de hacerlo. Pero no puedes dejar de oír tu voz interior. En algún momento deberás tomar las riendas del carruaje. Así es que asume tu condición de Guerrero y cumple con tu deber ahora. Es un acto ciego, sin arrepentimiento posible una vez iniciado. No prestes atención ni a tu comodidad, ni a tu pereza ni a tu indulgencia. Menos aún a los ignorantes de piel mustia y mirada opaca. Blande el hacha y corta las cadenas. Sólo entonces serás liberado.

El Guerrero vigila

Un verdadero Guerrero está siempre vigilante, siempre alerta, al acecho. Debes mantener tus ojos bien abiertos para poder mirar a tu interior. Vigila que tu corazón esté siempre limpio, libre y liviano. Observa el rumbo que está tomando tu vida en este momento. ¿Vas a dónde quieres? ¿O simplemente eres arrastrado? ¿Cuánto de ti has entregado? ¿Cuánto has transado? ¿En qué cosas impórtantes has claudicado? ¿Qué sentido tiene lo que estás viviendo ahora? ¿De qué manera se relacionan con el pasado? ¿Cuáles serán las consecuencias en el futuro? ¿Sigues manteniendo la dignidad de todo Guerrero? ¿Es tu corazón aún tierno y bondadoso? ¿Es tu espíritu tan gélido como para saltar al vacío?

Un parpadeo basta. Y estarás a miles de millas de tu hogar . ¿Eres feliz?

El Guerrero Combate

Los primeros rayos del sol llegan a la playa. Los ejércitos se han ordenado y todo está listo. La batalla se desencadenará de un momento a otro. No existe alternativa. Debes combatir.

Al hacerlo, pon todo tu espíritu corazón y cuerpo en ello. Lucha centrado, unificado, alineado Lucha incansablemente, día y noche si es preciso. Mantente vigilante a las cuatro direcciones. Confia en el animal que vive en ti. La batalla tendrá sus valles y sus cimas, sensibilízate y adáptate a ello.

Una vez avanzar y otra retroceder. Una vez atacar y otra defender. Disgrega a tu adversario, atácalo mientras inspire. Avasállalo, no le des tiempo de reordenar sus ejércitos. Cambia permanentemente tus estrategias. Ataca a lo alto y luego a lo bajo y después al medio. Varia el ritmo de tus ataques. Una vez rápido y otra vez lento. Una vez lento y otras vez inmóvil.

Sé un continuo cambio de un animal a otro, de un elemento a otro. Agua contra roca. Fuego contra metal. Madera contra tierra. De esa manera, jamás podrás ser encasillado en patrón alguno y por lo tanto, serás imbatible. Sigue a tu espontaneidad y mantente en estado gaseoso. Que tu adversario no sea capaz de tocarte, pero que sienta el poder de tus golpes. Usa tus manos, tus pies. Tus codos y tus rodillas. Esquiva, luego contraataca. Adelántate a sus movimientos y neutralízalos antes de que comiéncen a gestarse. Déjalo pasar y luego cae sobre él. inutiliza sus armas. Acorta la distancia, ataca y luego sal de su radio de acción.

Lucha con todos los bríos de tu juventud. Pero más importante que todo lo anterior es combatir sin ira. Si el salvajismo y la crueldad se apoderan de ti, no importa lo que hagas, estarás perdido. Te convertirás en aquello que combates, y el lado oscuro tendrá un nuevo adepto entre sus filas. Así es que empuña tu sable y entra en batalla. 

Luego de vencer, retírate en silencio. Nada hay por lo que alegrarse. Nada hay que festejar. La muerte siempre trae lágrimas aparejadas. Lágrimas por el que algún día fue tu hermano y debió morir a manos tuyas porque el destino así lo quiso. No porque tú lo quisiste. Nunca olvides eso.

El Guerrero se dedica por completo

Sólo hay una forma de hacerlo: dedicándote por completo. Haz un corte transversal en tu vida y examínala. Hay dos tipos de cosas: las útiles y las inútiles. Abandona todo lo superfluo y quédate con lo importante. Examina lo importante. Elige ahora lo realmente importante. Será evidente que debes dedicarte a una tarea en particulár. Para ello, reúne tus ejércitos, respira hondo y salta. Concéntrate en tu objetivo y nunca lo pierdas de vista. Sumérgete en lo que tienes que hacer y dedícate con disciplina guerrera a ello. Trabaja día y noche, con tesón y voluntad inquebrantable. Descansa lo necesario, reposa unos instantes y sigue adelante. No descuides, sin embargo, tu vida. Debes dormir bien y comer sanamente para seguir adelante.

El Guerrero disfruta del vino y las mujeres

Una vez retener y otra vez soltar. Una vez contener y otra vez liberar. Ahora es el tiempo de desbocarse, de derrochar los placeres, no de escatimarlos.

Bebe el vino y emborráchate en compañía de tu hermano del camino. Siente el vértigo de la noche que te llama a extraviarte en ella y sus mil oscuras caras. Recorre las calles y vuelve a tu alcoba noche tras noche. Disfruta con la compañía de tu bella y voluptuosa mujer. Vive cada orgasmo como si fuera el último, disfruta tus encuentros con cada centímetro de piel. Embriágate del perfume que emana de tu compañera y enróllate en su cabellera. Goza de tu desnudez y del sol bañando tu sexo.

Prueba cada manjar que se presente ante tu boca y saboréalo pues es único en el mundo. Llega al límite en que la fuerza centrífuga tienda a lanzarte despedido de esta realidad.

Pero durante tu enajenación, sólo una cosa: una fina hebra roja que recorra tu columna de principio a fin. Que algo, un mínimo de conciencia y dignidad quede encerrada en ese espacio. Eso significará para ti el puente entre la muerte y el control del carruaje cuando hayas llegado al borde del precipicio. Una vez retener y otra vez soltar. Una vez contener y otra vez liberar. Luego deberá venir el tiempo de sentarse y reorganizar los ejércitos. Sólo así podrás seguir en la senda.

El Guerrero se sienta

Es momento de dejar de actuar. Sal de la vorágine de la vida y haz un espacio para meditar. Mantente inmóvil, aquieta tu espíritu. Busca la soledad. Sólo así podrás ver con claridad. Ha habido mucho movimiento hasta ahora. Los caballos están desbocados, el remolino ha girado incesantemente. Yergue tu columna, concéntrate en el bajo vientre, relaja tu cuerpo, observa tu respiración. expándete. Cierra los ojos y haz el silencio: Conéctate con la Tierra, sintiendo el cordón umbilical que los une. Cobíjate en el vientre de tu Madre. Reposa, descansa, medita. Luego ve y actúa si es preciso.

El Guerrero protege

Alguien necesita ayuda. Está ante un peligro y no sabe cómo enfrentarlo. Tal vez ni siquiera sabe el riesgo que corre. Es tu deber tomar parte en el combate. No puedes desentenderte. El no será capaz de hacerlo por sí mismo. Es muy joven, muy débil para hacerlo. Así es que es tu deber ayudarlo. No recibirás nada a cambio y arriesgarás mucho. Pero hazlo de todos modos. Y no te sientas demasiado bueno por ello. Simplemente estás cumpliendo con tu deber. Actúa. Protege. En silencio.

El Guerrero impide el paso

Ya es suficiente. Has esperado por un  tiempo prolongado. Te has abstenido de actuar esperando que las cosas retomaran su curso natural. Pero no lo han hecho. Así es que debes actuar. Esa persona ha avanzado más allá de lo debido. Ha pasado por encima de todos, ha pisoteado todas las dignidades que se le han atravesado por delante. Muchas lágrimas y frustraciones ha dejado tras de si y no siente arrepentimiento alguno.

viernes, diciembre 12, 2008

El Principito...


Espera y hallarás lo inesperado". No hay que tener miedo a que nuestros aviones queden en pana en el desierto. Cuando fallen nuestros instrumentos de vuelo y zozobren nuestras viejas brújulas, hay que aceptar que estamos perdidos. Cuando eso suceda, dejémonos caer -como el aviador extraviado- en un profundo sueño, para despertar sólo cuando escuchemos una "divertida y pequeña voz" que nos diga: "Por favor, dibújame una oveja".


"Sé que en algún lugar del mundo, existe una Rosa única, distinta de todas las demás rosas, una cuya delicadeza, candor e inocencia, harán despertar de su letargo a mi alma, mi corazón y mis riñones. A esa rosa, donde quiera que esté, dedico este trabajo, con la esperanza de hallarla algún día, o de dejarme hallar por ella."


"Si alguien ama a una flor y no existiese más que un solo ejemplar en millones y millones de estrellas, esto es motivo suficiente para que ese alguien...se sienta feliz cuando la mira. Se dice: "Mi flor está ahí, en alguna parte...". Pero si el cordero se come la flor, para él es como si de repente todas las estrellas se apagaran..."


" En aquel entonces no supe comprender nada! Debía haberla juzgado por sus actos y no por sus palabras. Ella me proporcionaba alegría y aroma. Jamás debí haber huído. Debí adivinar su ternura, tras sus inocentes mañas. Las flores son tan contradictorias! Pero yo era demasiado joven para saber amarla.... "


"Si ordenara a un general que se convirtiera en gaviota y el general no me obedeciera, la culpa no ser a de él, sino mía....."


"Lo que los hace hermoso es algo invisible...los ojos no siempre ven. Hay que buscar con el corazón...."

martes, diciembre 09, 2008

Poema de un payaso (Pedro Benjamin S.)

De un ataque al corazón 
esta tarde se murió un payaso. 
Lo mas divertido del caso 
que mientras su cuerpo estaba inerte, 
la gente aplaudía y aplaudía, 
al mismo tiempo pedía 
qué él repitiera su muerte. 

Es al payaso en esta vida 
a quién Dios lo destinó a sufrir, 
pues tiene que hacerte reír 
aunque tenga su alma herida. 

Con mi sonrisa fingida tengo 
penas que ocultar, 
más si yo, el payaso, pudiera hablar 
y contar mis amarguras 
hasta las almas más duras podrían conmigo llorar. 

Al ver mi cara pintada 
todos ríen con placer 
sin llegar a comprender 
que mi vida es desgraciada 

si lanzo una carcajada 
todos creen que es de alegría 
más no comprenden que la suerte impida 
que más riendo estoy, 
es un paso más que doy 
en pos de mi tumba fría. 

No pidáis que me ría 
que de mi propia risa me espanto, 
he reído tantas carcajadas de dolor 
en este mundo traidor. 

Me han enseñado a reír con llanto 
y llorar con carcajadas. 
Mañana cuando el payaso muera 
todos lo echarán al olvido 
más de mi que te has reído 
nunca mas te acordarás 
como música pasajera 
que viene y se va. 
Por eso público querido 
usted que me ha brindado su aplauso 
que me llena de gozo, 
el último aplauso te pido y quedarme satisfecho 
poniéndolo en tu carne y 
llevándolo en nuestro pecho 
como dos payasos bien agradecidos. 

Poema de Pedro Benjamín S. (Argentino)

miércoles, diciembre 03, 2008

Mi abuelo...

(Esta semana se cumple 7 meses del fallecimiento de mi abuelo por eso quiero dedicar estas líneas).

Mi abuelo fue una persona de trabajo,  no muy demostrativa de cariño hacia sus nietos, excepto conmigo, eso me hacia sentir como el elegido. Cuando se estaba junto a él había que saber interpretar los pequeños gestos que decían “te quiero” o “te considero”, en realidad creo que todos los Mejias tenemos algo de eso, de los pequeños detalles que marcan la diferencia entre un amor más cercano o la indiferencia total. 

Lamento que la separación de mis abuelos hace ya muchos años (creo que más de 30) hasta el día de hoy tuviera consecuencias. Es por culpa de esas consecuencias que no lo pude disfrutar como hubiese querido, pero aún asi mi memoria lo recuerda desde que era niño. Recuerdo cuando trabajaba con el en el puesto de la feria y las levantadas a las 5 de la mañana, recuerdo ese jarro de leche chocolate caliente que me compraba a media mañana, el cual aunque me hacía pésimo me lo tomaba igual porque mi abuelo me lo regalaba.. jajaja... recuerdo su humor ácido y sus bromas en doble sentido.  Nunca olvidaré que antes de una operación que te hiciste hace años me dijiste que no temias a la muerte, porque total "lo que he comido y bailado no me lo quita nadie"... creo eso refleja tu personalidad y en parte la mía, eso de no dejar de vivir haciendo lo que quieres y disfrutar de los placeres mundanos de la vida. Comentario aparte merece tu hobby de plantar flores, el cual me sorprendió muchisimo cuando lo ví, siempre pensé que eras el tipo más rudo del mundo, sobreviviendo frente a gente peligrosa, un tipo grande grande, cabello corto, jeans, zapatos gruesos, camisa abierta, y unos ojazos de colores que imponían presencia. Pero así eras tu (a lo mejor eso explica mis hobbies tan sensibles también).

Confieso en estas lineas que aún tengo una tremenda angustia sobre estos ultimos años en los que estuve mas distanciado, uno como joven a veces cree que va a tener a todas las personas a su lado por siempre, te visité muy poco pensando que siempre estabas bien. Lamento no haberte podido acompañar, lamento no haber hecho nada para darte un ambiente más digno en tus ultimos días, lamento que la ultima vez que nos vimos en el hospital prometí volver y no pude, y lamento después no haber peleado para que me dejaran estar contigo por ultima vez..

Tu muerte me golpeó mucho, eras mi unico abuelo. La noche que llegué a tu velatorio me sentí impotente frente a todo lo que me imagino que tuviste que pasar tus ultimos días, frente a tu ataud no quise llorar para no demostrar debilidad frente a los demás, pero en mi interior tu sabes que estaba deshecho sobre todo por la maldad de la gente que te escondió hasta el ultimo momento. Ese par de noches despues de tu fallecimiento sentí tu presencia, se que me visitaste para despedirte y no tuve miedo, solo te dije adios y que fueras tranquilo a descanzar en paz.

Abuelo, no debes llorar como la ultima vez, estoy convencido por sobre todas las cosas que tarde o temprano nos volveremos a encontrar,  por el momento recuerda que te seguiré visitando donde siempre. En tu memoria le contaré a mis futuros hijos (tus bisnietos) las mejores historias sobre mi abuelo, te sacaré como ejemplo y te prometo que cuando nos veamos nuevamente te ayudaré a vender en la feria como cuando era niño y te recibiré ese tazon de chocolate caliente que gustabas regalarme. Recuerda que lo recibiré sólo porque eres mi abuelo, eres el unico que tuve y el que llevo en mi corazón.

Adios abuelo y a Dios...